Crítica de la noción de felicidad y repudio del hedonismo , elogio del esfuerzo.
Extracto del libro " Seis Estudios " de Félix Rodrigo Mora.
Félix Rodrigo Mora
Respecto al presente no cabe duda que la actual sociedad del bienestar , el espectáculo , la fiesta , el alcohol y las drogas , el consumo , la placidez holgazana , el turismo aculturador y devastador , la comodidad tecnificadas , el goze forzoso y la institucional ausencia de dolor tiene como primer propósito mantener al individuo medio en la sumisión y , al mismo tiempo , hacerlo tan débil y flojo , tan cobarde y sin ánimo , tan aferrado a los más pequeños goces y placeres cotidianos que , en el caso que llegase a intuir que su existencia no-libre es intolerable , no encuentre dentro de sí el vigor y los arrestos para alzarse contra el vigente régimen de dictadura , pues , como arguye Diego Saavedra Fajardo , " con las delicias se apaga el espíritu y el valor ".
Similar es el enfoque de Plutarco en " Dichos notables de los lacedemonios ", donde tras exponer que éstos " no toman en consideración la voluptuosidad " , concluyen aquellos , los lacedemonios , afirmando que " el fruto que recogemos de esta severa manera de vivir es la libertad " , lo que contribuye a probar que el placenterismo interiorizado es la ideología de los que aman su esclavitud política , de los sempiternamente vencidos. Así era en Roma , donde el estoicismo se elaboró como ideología para la clase alta , mientras que el hedonismo y epicureísmo lo fueron para la plebe y los esclavos.
Lo expuesto , como se dijo , contradice a la progresía y al artificial radicalismo de los años 60 del siglo XX , autores de una " revolución hedonista " a favor de las instituciones y muy a menudo hecha desde ellas , los cuales continúan sosteniendo que su doctrina del placer a toda costa es " antisistema " , pues " subvierte " el orden establecido , a pesar de las evidencias acumuladas en contra. Todavía se atreven a argüir que , puesto que el burgués es " austero " y " moral " , dado que todo en él es ahorro para acumular capital , el " antiburgués " ha de ser gozador , amoral y lúdico. Pero la acumulación de capital no se hizo principalmente por la vía de la represión del gasto , sino por otras que ahora no es posible exponer , error proviniente quizá de que aquéllos confunden al burgués con el avaro de los cuentos infantiles. Ciertamente , lo único que es de verdad antiburgués es la lucha contra el capitalismo , y ello sólo es posible desde una cosmovisión del esfuerzo , la vida severa , la admisión del dolor físico y de la inquietud psíquica , y la autodisciplina. Por lo demás , es ridículo sostener que el burgués es contrario a las voluptuosidades , cuando su existencia está destinada al placer , en primer lugar al que resulta del ejercicio del mando y autoridad que otorga la riqueza , y en segundo lugar al que proviene de las delectaciones sensuales.
Un segundo argumento esgrimido por ciertos badulaques está tomado del arsenal del anticlericarismo burgués , y consiste en presentar el rechazo del ideario y estilo vital concupiscentes como propio del clero. En su ignorancia no alcanzan a comprender que la iglesia católica sigue , sobre todo , a santo Tomás de Aquino , que hizo de Aristóteles el maestro de pensar , y que éste , como se mostró , es eudemonista. El clero se guía por la conocida concepción de la doble felicidad , en el otro mundo y en éste , lo que incluye una gran cantidad de goces sensuales , no en vano la expresión castellana " vivir como un obispo " es sinónimo de existencia deliciosa que cede a todas las solicitaciones de la carne.
Lo cierto , en resumidas cuentas , es que la izquierda hedonista actuó , y actúa , como agente del capitalismo y el Estado en el asunto que nos ocupa , siendo de importancia su intervención en la popularización de la sociedad de consumo , en la instauración definitiva del Estado de bienestar y en la articulación de la sociedad del espectáculo. Esta izquierda , que desde el fin del franquismo ha sido el principal instrumento político del capitalismo en España es , como se ha dicho , fanáticamente hedonista-felicista y nunca dejará de serlo , pues ha sido manipulada mentalmente para ello por medio del consumo inducido a gran escala de doctrinas y teorías , por lo que carece del hábito de reflexionar de manera independiente sobre la base de los hechos , de la experiencia , de la realidad.
Como consequencia , es incapaz de rectificar , así como de ajustar sus creencias a la modificación de las circunstancias , por lo que siempre repiten lo aprendido de memoria sin reflexión propia. Ésa es una de las funestas consecuencias del método teórico , abstracto , doctrinario , de presentar los asuntos.
La explosión de fanatismo hedonista que fueron los años 60 del siglo XX se cimentó en tres nociones : placer total , todo ha de ser placentero y exclusión completa no sólo del displacer , sino de lo que no sea placer. El sujeto fue definido como el yo que se ocupa de gozar , y sólo de ello. Pero cuando se pasó de las lucubraciones a la práctica se encontró que para disfrutar había que adquirir los objetos y los servicios dadores de dicha , lo que exigía a la inmensa mayoría un trabajo productivo ( por lo general asalariado ) incesante , actividad nada deleitable en sí misma. Tal es la contradicción interna propia del placerismo , cuyo desarrollo práctico llevó , con el tiempo , a la Constitución de una generación pasmosamente dócil , integrada , ansiosa de consumir , entregada en cuerpo y alma a su profesión y a los negocios , gracias a la cual el capitalismo ha alcanzado cotas antes nunca logradas de desarrollo y poderío.
Para la minoría más alucinada , las drogas proporcionaron la vía más rápida hacia la ausencia de sufrimiento por cesación de ser , lo que explica la hecatombe que ha sido , y sigue siendo , su consumo. En resumidas cuentas , el placer total prometido se concretó en trabajo degradado sin fin o bien marginalidad , modos abyectos de neo-servidumbre , sufrimientos colosales y autodestrucción. También la soledad , pues cuando cada sujeto convierte al otro en " objeto placentero " para " mi yo " no hay convivencia posible. Con sus mezquinas vidas esas gentes han probado la verdad contenida en el apotegma de Epicteto " el apego al cuerpo y a los bienes terrenales es la pérdida del hombre , la venta de su libertad ".
Como consequencia , es incapaz de rectificar , así como de ajustar sus creencias a la modificación de las circunstancias , por lo que siempre repiten lo aprendido de memoria sin reflexión propia. Ésa es una de las funestas consecuencias del método teórico , abstracto , doctrinario , de presentar los asuntos.
La explosión de fanatismo hedonista que fueron los años 60 del siglo XX se cimentó en tres nociones : placer total , todo ha de ser placentero y exclusión completa no sólo del displacer , sino de lo que no sea placer. El sujeto fue definido como el yo que se ocupa de gozar , y sólo de ello. Pero cuando se pasó de las lucubraciones a la práctica se encontró que para disfrutar había que adquirir los objetos y los servicios dadores de dicha , lo que exigía a la inmensa mayoría un trabajo productivo ( por lo general asalariado ) incesante , actividad nada deleitable en sí misma. Tal es la contradicción interna propia del placerismo , cuyo desarrollo práctico llevó , con el tiempo , a la Constitución de una generación pasmosamente dócil , integrada , ansiosa de consumir , entregada en cuerpo y alma a su profesión y a los negocios , gracias a la cual el capitalismo ha alcanzado cotas antes nunca logradas de desarrollo y poderío.
Para la minoría más alucinada , las drogas proporcionaron la vía más rápida hacia la ausencia de sufrimiento por cesación de ser , lo que explica la hecatombe que ha sido , y sigue siendo , su consumo. En resumidas cuentas , el placer total prometido se concretó en trabajo degradado sin fin o bien marginalidad , modos abyectos de neo-servidumbre , sufrimientos colosales y autodestrucción. También la soledad , pues cuando cada sujeto convierte al otro en " objeto placentero " para " mi yo " no hay convivencia posible. Con sus mezquinas vidas esas gentes han probado la verdad contenida en el apotegma de Epicteto " el apego al cuerpo y a los bienes terrenales es la pérdida del hombre , la venta de su libertad ".
Pasemos a otro asunto. Una inferencia ya tratada , si bien superficialmente , reside en la función cognoscitiva del dolor , capaz de proporcionar al sujeto un saber incomparablemente más profundo y exacto que la vida incontinente , cómoda y sin dificultades. Fénelon lo expone de la manera que sigue , " el que no ha sufrido no sabe nada : no conoce ni el bien ni el mal ; ni conoce a los seres humanos ni se conoce a sí mismo ". Así es , y esa triple ignorancia es consustancial al modo de vida disfrutador , el cual embota y ahoga las facultades del espíritu , creando un embrutecimiento colosal. Menando ofrece una reflexión similar , muy de actualidad , " nada nos hace madurar más que la desgracia " , que explica el asombroso grado de infantilización que sufren los adultos de la sociedad de la obligatoriedad de la felicidad-placer , convertidos en seres inmaduros de por vida a causa de su pavor a ser desgraciados e infelices con sentido , y del orden social que fuerza a todos a vivir en la dicha organizada desde arriba. Séneca abunda en el mismo orden de ideas cuando advierte que " te tengo por desgraciado puesto que nunca lo fuiste " y , más aún , " ser siempre feliz y recorrer la vida sin recibir mordiscos en el alma es ignorar la mitad de la naturaleza de las cosas ", sentencia que despliega una realidad hoy ignorada , que la existencia posee dos caras , la de la desventura y la del goce , y que conocer sólo la segunda transforma al sujeto en ignorante de la totalidad de lo humano.
Una tercera nocividad ocasionada por la " busca de la felicidad "es que semejante determinación no-libre de fines actúa como procedimiento de exclusión tajante de los valores y metas que afirman nuestra condición y que , en caso de desarrollarse de manera programada por las fuerzas sociales opuestas al actual sistema de dominación , llegarían a entrar en contradicción con las estructuras de embrutecimiento y deshumanización en curso , haciendo posible la eclosión del acontecimiento revolucionario , sin el cual no puede ser desarticulada la vigente tiranía hedonista , con restauración de la libertad de conciencia , como libertad de elección del sistema de ideas que cada individuo y comunidad consideren más apropiado. Ello pondría fin , al mismo tiempo , al actual estado de empobrecimiento espiritual creciente y despersonalización en que hoy se malvive. En particular , al negar la felicidad como fin se establecen las condiciones para que sea la verdad la que ocupe el lugar central en nuestro sistema de designios , lo que es imprescindible para escapar del actual estado de neo-ignorancia y mentira universales , que es otra de las consecuencias de la eudemonización totalitaria de la vida social. El antagonismo entre conocimiento cierto y placerismo es tan agudo que incluso Aristóteles se ve obligado a admitirlo , cuando advierte que " el deleite corrompe la prudencia ( sabiduria ) del juicio " , sin olvidar la lapidaria sentencia de G.Leopardi , " la felicidad consiste en la ignorancia de la verdad " , que enfatiza la misma cuestión.
Una tercera nocividad ocasionada por la " busca de la felicidad "es que semejante determinación no-libre de fines actúa como procedimiento de exclusión tajante de los valores y metas que afirman nuestra condición y que , en caso de desarrollarse de manera programada por las fuerzas sociales opuestas al actual sistema de dominación , llegarían a entrar en contradicción con las estructuras de embrutecimiento y deshumanización en curso , haciendo posible la eclosión del acontecimiento revolucionario , sin el cual no puede ser desarticulada la vigente tiranía hedonista , con restauración de la libertad de conciencia , como libertad de elección del sistema de ideas que cada individuo y comunidad consideren más apropiado. Ello pondría fin , al mismo tiempo , al actual estado de empobrecimiento espiritual creciente y despersonalización en que hoy se malvive. En particular , al negar la felicidad como fin se establecen las condiciones para que sea la verdad la que ocupe el lugar central en nuestro sistema de designios , lo que es imprescindible para escapar del actual estado de neo-ignorancia y mentira universales , que es otra de las consecuencias de la eudemonización totalitaria de la vida social. El antagonismo entre conocimiento cierto y placerismo es tan agudo que incluso Aristóteles se ve obligado a admitirlo , cuando advierte que " el deleite corrompe la prudencia ( sabiduria ) del juicio " , sin olvidar la lapidaria sentencia de G.Leopardi , " la felicidad consiste en la ignorancia de la verdad " , que enfatiza la misma cuestión.
Apunta M. Scheler que el sacrificio autoelegido suele proporcionar , al mismo tiempo , " la alegría del amor y el dolor de dar la vida por lo que se ama " , hermosa y exacta expresión que aprehende la contradicción interna inherente al fenómeno amatorio en su expresión más elevada. Ésta pone sobre la mesa la cuestión de la alegría como resultante de una disposición a la generosidad , al servicio , a la entrega , lo que no está exento de dolor , pero a través del dolor proporciona una satisfacción íntima y superior que no es capaz de otorgar el credo felicista. Se ha de hacer notar que las sociedades que en la historia se han despeñado en el albañal del hedonismo han sido formaciones caracterizadas por la tristeza y el tedio , el bajo tono vital y el cansancio crónico , la modorra y la apatía. Al ser comunidades seniles que no poseen más meta que el garbancero fruir diario se privan de futuro y terminan llevando lo que Clarín denominó una " existencia muerta ". Recuperar la alegría , algo de importancia en la hora presente , exige romper con el felicismo y cargar contra quienes lo imponen y promueven desde arriba , para alcanzar por medio de tal lucha ese contento interior que espera , escondido , en el acto más humano , dar la vida por lo que se ama. Ello puede exponerse de otro modo : a fin de poder amar hay que desarrollar la capacidad para el sufrimiento y la autonegación.
Dado que encarar y asumir los aspectos más dramáticos , que son tan fundamentales como irremediables , de la condición humana , la temporalidad , la caducidad , la duda irradicable , la soledad existencial , la frustración vital , la muerte , es una ardua y tensa , angustiante y difícil tarea nunca terminada. El imperio de la mentalidad gozadora y deliciosa lleva a orillar tales quehaceres , de donde viene la forma inauténtica de existencia propia del mundo contemporáneo , en la cual el sujeto huye de sí mismo , se esconde de su realidad más profunda , busca autoengañarse , todo con el fin de no padecer desasosiego psíquico , a la búsqueda de una comodidad apática y soñolienta que da al traste con la agudeza del espíritu , la vitalidad creativa y la disposición para el esfuerzo.
Ese impropio modo de ser crea una forma históricamente nueva de inconsciencia e irresponsabilidad que hace astillas no sólo los cimientos del ser humano , sino los fundamentos de la civilización , que crujen y se desintegran debido a que las multitudes , lanzadas a huir enloquecidamente de su estado por la fijación del supremo bien de la felicidad , necesitan cantidades crecientes de productos , servicios y eventos felicistas , lo que ocasiona una espiral ascendente de efectos catastróficos , de donde emerge con luz propia uno de los estados de conciencia más propios de nuestro tiempo , la desesperación nihilista , un modo peculiar de resignación.
Dado que encarar y asumir los aspectos más dramáticos , que son tan fundamentales como irremediables , de la condición humana , la temporalidad , la caducidad , la duda irradicable , la soledad existencial , la frustración vital , la muerte , es una ardua y tensa , angustiante y difícil tarea nunca terminada. El imperio de la mentalidad gozadora y deliciosa lleva a orillar tales quehaceres , de donde viene la forma inauténtica de existencia propia del mundo contemporáneo , en la cual el sujeto huye de sí mismo , se esconde de su realidad más profunda , busca autoengañarse , todo con el fin de no padecer desasosiego psíquico , a la búsqueda de una comodidad apática y soñolienta que da al traste con la agudeza del espíritu , la vitalidad creativa y la disposición para el esfuerzo.
Ese impropio modo de ser crea una forma históricamente nueva de inconsciencia e irresponsabilidad que hace astillas no sólo los cimientos del ser humano , sino los fundamentos de la civilización , que crujen y se desintegran debido a que las multitudes , lanzadas a huir enloquecidamente de su estado por la fijación del supremo bien de la felicidad , necesitan cantidades crecientes de productos , servicios y eventos felicistas , lo que ocasiona una espiral ascendente de efectos catastróficos , de donde emerge con luz propia uno de los estados de conciencia más propios de nuestro tiempo , la desesperación nihilista , un modo peculiar de resignación.
Finalmente , es necesario desarrollar algo que ya ha sido expuesto , que si el dolor es inevitable , no lo es menos el placer , como adición de manifestaciones singulares de experiencias más o menos gratificantes de plural naturaleza. Por ejemplo , Epicteto recomienda ciertos ejercicios de autodominio de los apetitos , como abstenerse de tomar agua por un tiempo en días calurosos , indicación interesante , pero al aplicarla , cuando más tarde o más temprano se beba , se experimentará placer de manera irremediable , y éste será tanto mayor cuanto más intensa sea la sed acumulada. Existen , pues , los placeres inevitables , que por ello mismo no son ni legítimos ni ilegítimos , sino meramente existentes en tanto que percibidos con independencia del libre albedrío , y ante ellos no vale la mojigatería , sólo su exacta valoración. Están así mismo los pequeños goces que son por naturaleza indiferentes , pues nada bueno ni malo de significación aportan al sujeto , y que por ello mismo son a considerar con una mezcla de indiferencia y comprensión. Hay también placeres necesarios y positivos , como los de la comida , en particular en el caso de las personas inapetentes , cuya vida peligra si no ingieren alimentos , y los de la líbido , sin los cuales la especie no perpetuaría , y el amor de concupiscencia , que es una de las legítimas expresiones de aquél , no alcanzaría la intensidad y universalidad adecuadas.
Si como se ha dicho , " somos lo que son los fines por los que nos esforzamos " , dado que desde ellos nos construimos o destruimos , se puede concluir advirtiendo que únicamente la fijación de un programa de propósitos estratégico-históricos con la suficiente grandeza y trascendencia lleva a la exigencia de una vida esforzada por convicción interior. En efecto , ésta es imprescindible para realizar la transformación revolucionaria del actual orden en todo lo importante , pero si se trata de acomodarse a él , de reducir nuestro quehacer al mero criticismo descriptivo , al activismo y a un implorar cambios irrelevantes , cuando no perniciosos , entonces quedaremos condenados al eudemonismo y al hedonismo como fines cardinales deseados , aviesos por tanto.
Si como se ha dicho , " somos lo que son los fines por los que nos esforzamos " , dado que desde ellos nos construimos o destruimos , se puede concluir advirtiendo que únicamente la fijación de un programa de propósitos estratégico-históricos con la suficiente grandeza y trascendencia lleva a la exigencia de una vida esforzada por convicción interior. En efecto , ésta es imprescindible para realizar la transformación revolucionaria del actual orden en todo lo importante , pero si se trata de acomodarse a él , de reducir nuestro quehacer al mero criticismo descriptivo , al activismo y a un implorar cambios irrelevantes , cuando no perniciosos , entonces quedaremos condenados al eudemonismo y al hedonismo como fines cardinales deseados , aviesos por tanto.
En el actual momento de la historia , las ideologías placeristas y felicistas son aún más reprensibles , y más irrealistas , porque están en contra de la evolución previsible de los acontecimientos a escala planetaria. No vivimos una época de optimismo , como lo fueron los pasados años 60 , sino de creciente preocupación por el futuro. Los datos negativos , los vaticinios de desastres y las predicciones incluso apocalípticas en muy variados ámbitos se acumulan , de manera que necesitamos de un sistema de ideas apropiado a estas nuevas condiciones. Acierta J.Kunstler al advertir que " la raza humana va a sufrir ", lo cual no es necesariamente un mal , pues como en " Tratado de la tribulación " arguye Pedro de rivadeneira " es mejor la adversidad que la prosperidad ... porque las cosas prósperas muchas veces estragan el corazón con soberbia , y las adversas , por el contrario , le purifican con el dolor "
Aunque no sabemos de cierto qué va a suceder e incluso considerando que casi todas las apreciaciones catastrofistas en circulación expresan un punto de vista simplista , apriorista , apolítico y , lo más importante , equivocado , estamos seguros que la época en que una concepción neciamente optimista del futuro inmediato era en cierta medida pertinente y predominaba ha quedado atrás. Ello manifiesta la inadecuación de la fe eudemonista y hedonista convertida ya , además , en un anacronismo. Necesitamos otra cosmovisión , superadora de tan fúnebres mentecateces. Además , mientras los neo-siervos de la modernidad malgastan sus vidas en intentar gozar y ser felices a la desesperada , los aparatos de poder se preparan para lo que vendrá , de tal modo que aquéllos , víctimas de sí mismos tanto como del sistema , o quizá más , se condenan a perpetua sujeción.
Aunque no sabemos de cierto qué va a suceder e incluso considerando que casi todas las apreciaciones catastrofistas en circulación expresan un punto de vista simplista , apriorista , apolítico y , lo más importante , equivocado , estamos seguros que la época en que una concepción neciamente optimista del futuro inmediato era en cierta medida pertinente y predominaba ha quedado atrás. Ello manifiesta la inadecuación de la fe eudemonista y hedonista convertida ya , además , en un anacronismo. Necesitamos otra cosmovisión , superadora de tan fúnebres mentecateces. Además , mientras los neo-siervos de la modernidad malgastan sus vidas en intentar gozar y ser felices a la desesperada , los aparatos de poder se preparan para lo que vendrá , de tal modo que aquéllos , víctimas de sí mismos tanto como del sistema , o quizá más , se condenan a perpetua sujeción.
Por razones históricas y estrategicas bien complejas , hoy Europa es el paraíso del hedonismo , un pudridero en el que la esencia concreta humana está siendo liquidada. Eso explica el peso particular que el ideario gozador , así como un estilo de vida sandio , frívolo y disoluto tiene en todos los ambientes , por lo cual se ha de exigir a quienes desean una regeneración del orden político , social , axiológico y convivencial , que rompan con todo ello.
En definitiva , a la pregunta ¿ cuál es el bien supremo ? , se ha de contestar que el bien supremo es el esfuerzo.
En definitiva , a la pregunta ¿ cuál es el bien supremo ? , se ha de contestar que el bien supremo es el esfuerzo.
Félix Rodrigo Mora
Extracto del libro " Seis Estudios " , Sobre política , historia , tecnología , ética y pedagogía.
Editorial Brulot.
Editorial Brulot.
